La presidenta Cristina Kirchner mandó a hacer unas estampillas con su foto para
exaltar su gestión y conmemorar sus meses de gobierno.
Exigió uno de altísima calidad. Las estampillas fueron diseñadas, impresas
y vendidas. ¡Estaba feliz y radiante!
Pero en pocos días, se puso furiosa al escuchar reclamos. Los sellos
postales no se adherían a los sobres.
La presidente convocó a los responsables y ordenó que se constituya una
comisión que investigase el asunto.
Se realizaron pesquisas y averiguaciones en las oficinas de correos de todo
el país y le presentaron un informe,
en el que relataron el problema a la presidente y que en resumen concluía:
'No hay nada malo con relación a la calidad de los sellos. El problema
consiste en que la gente está escupiendo en
el lado equivocado de la estampilla'.